Hay quienes todavía se extrañan que haya tantos hoteles siempre hasta la bandera y a otros les cueste horrores que acuda nadie, hay hoteles que bajan sus precios en pro de que sus habitaciones se llenen y unas veces lo consiguen y otros no. Sinceramente en alguna parte debe estar el fallo, es verdad que hay gente muy exigente y que podemos encontrar diferentes comentarios de todas clases pero una gran parte podría llegar a confiar y darle la misma oportunidad, como vemos no es así y podemos llegar a saber el porqué. Ante todo se debe saber marcar la diferencia, hay hoteles que se desviven por sus clientes y otros a los que les da más igual y reciben que no les va nadie, cuando un hotel abre sus puertas debe saber que el cliente siempre lleva la razón y que debe ofrecerle lo mejor que tenga disponible, ante todo la limpieza, mucha gente para más información pregunta a quienes lo conocen antes incluso de cogerlo y no se arriesgan ni siquiera a vivir su propia experiencia.
Las habitaciones sobre todo las camas es un punto de inflexión, deben saber por tanto que el cuidado de las mismas debe ser el más acertado, el cuidado del colchón y de las sábanas debe ser valorado además cada cierto tiempo, el responsable debe estar seguro de que todo se encuentra en orden y a la perfección, unas sábanas suaves limpias y bien planchadas será sin duda el detonante para que la gente quiera volver. Con el baño ocurre exactamente lo mismo se debe tener especial cuidado y procurar que el cliente no pueda ver nada raro, después de todo esto la comida, se convierte en otra parte importante, debemos tener presente que a la gente le encantan los buffet eso de poder echarse toda la cantidad de comida que quieran es algo que llama mucho la atención, ponerse morados hasta reventar forma parte de las vacaciones y si encima se encuentran con una comidas buena no es que solo tendremos a los clientes del hotel sino que de fuera también querrán pasar por lo que es un aspecto importante que el hotel por supuesto debe tener en cuenta. Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena, tan solo es cuestión de planteárselo, ver lo que se hace mal y darnos cuenta que cambiando esos hábitos un hotel puede subir incluso de la nada.