Aunque sencillo, el volante es un elemento de mucha importancia para un vehículo, imaginen lo difícil que sería controlarlo sin él. Es una extensión mecánica que le permite al conductor dirigir el curso del coche, ha variado tanto con el pasar del tiempo, que actualmente está muy lejos de lo que fue.
Cuando se produjeron los primeros vehículos, el volante no era muy cómodo ni agraciado; consistía en una larga palanca de madera y su forma curva le dio el nombre de “cola de vaca”. Después surgieron otros que parecían el manubrio de una moto, el cambio más notorio comenzó cuando el ingeniero Alfred Vacheron lo modificó, esta vez era redondo y por eso se le conoce como el primer volante de la historia.
Su popularidad se expandió rápidamente y se hizo algo común en todo el mundo. Para algunos coches, como los lujosos o los de carrera, se comenzaron a hacer de bronce y, en ocasiones, se decoraban con cintas de caucho o de cuero. Adaptarse a este elemento fue muy difícil para los camiones, debido a que por su peso y el hecho de que aún no se había creado la dirección asistida, los volantes tenían que ser mucho más grandes, al punto que llegaban a abarcar media cabina.
El volante multifuncional
El desarrollo del volante para llegar a ser el de ahora, comenzó en los años 30 al incorporarse algunas funciones para facilitar la conducción. La adaptación más notable corresponde a la bocina de aire, que desapareció al incluirse la eléctrica, la cual se acciona a través de un botón situado en el centro del volante. También se añadió el encendido, la palanca de cambios y el acelerador de mano; además el volante se empieza a considerar como una pieza decorativa y se le agregan aplicaciones de nácar.
En los años 50, el volante acoge la tecnología de aquel entonces, y contempla la palanca para el encendido de las luces y la del limpiaparabrisas. Se crea el control de la velocidad crucero, algo muy reconfortante para quienes atravesaban carreteras muy largas, puesto que ya no era necesario mantener el acelerador presionado, solo se requería pulsar el botón anexo al volante para accionar el sistema.
Durante los 60 el tamaño de los volantes se redujo y adoptaron un estilo más deportivo, el aro se hizo más grueso y el revestimiento era sintético con acolchado para ofrecer un mejor agarre y comodidad. Con los años 80 se incorporó el airbag y desde los 90 hasta la actualidad han seguido cambiando, al sumar o restar botones para las diversas funciones del coche.
Por fortuna es un elemento que puede repararse o reponerse sin grandes complicaciones; y visitando http://www.piezasdesguace.eu/ podría conseguir el modelo que amerite de forma práctica. Con una sola solicitud, podría recibir respuesta de diversos desguaces españoles.